Enfrentamiento anexó nuestra ciudad al territorio nacional
Seguimos nuestro viaje hacia el pasado de Calama en estos festejos por el Bicentenario de nuestro país y no podíamos dejar de nombrar uno de los hechos que se convirtió en el único enfrentamiento de armas, donde se vieron involucrados chilenos y bolivianos (sin la participación de contingente peruano) en los inicios de la Guerra del Pacífico. Batalla que permitió anexar Calama a Chile.
Las tres horas cruciales para el futuro de nuestra ciudad
Esto sucedió un 23 de marzo de 1879, en el sector de Vado Topáter, donde actualmente existe un Monolito y que cada aniversario de la comuna se conmemora con la realización de una alegoría a cargo del Liceo Eleuterio Ramírez de Calama.
Pero para entender este momento histórico donde lucharon valientes soldados de nuestro país, que atravesaron el duro desierto, hay que remontarse a los hechos que conllevaron a este enfrentamiento.
Fue un 14 de febrero de 1878, que el presidente de Bolivia Hilarión Daza (gobierno 1876-1879) desconoce el Tratado limítrofe de 1874 que tenía con Chile, que establecía el límite de la frontera en el paralelo 23° y eximía del pago de contribuciones a los empresarios chilenos durante 25 años y decide imponer un nuevo impuesto al salitre de 10 centavos por cada quintal de este producto, lo que causó la indignación de los empresarios chilenos, quienes se negaron a pagar este impuesto.
Ante esta negativa, el Gobierno Boliviano decide rematar las empresas que no cumplan con el pago de impuestos establecido, acto que estaba programado para el 14 de febrero de 1879 (aniversario Antofagasta). Durante un año los diplomáticos chilenos hicieron lo posible para llegar a un nuevo acuerdo pacífico con las autoridades bolivianas, pero finalmente y llegando ya a la fecha del remate, el Presidente de Chile de esa época Aníbal Pinto Garmendia (Gobierno 1876-1881) decide reinvindicar el territorio, llegando el mismo día del remate un contingente de 600 soldados chilenos a Antofagasta, liderados por el coronel Emilio Sotomayor.
De esta manera, Antofagasta fue ocupado por los soldados y se solicitó la rendición de las autoridades bolivianas, comenzando así uno de los primeros hechos para el comienzo de la Guerra del Pacífico un 14 de febrero de 1879 cuando se izaron banderas chilenas en ese territorio.
Batalla de Topáter
Tras lo ocurrido en Antofagasta, se decidió seguir rumbo al caserío de Calama, que en 1879 vivían unas 500 personas, de los cuales cerca de 200 eran civiles y militares bolivianos. El pueblo, estaba a cargo de un militar y abogado boliviano Ladislao Cabrera, quien contaba con cerca de 150 soldados para defender este territorio.
El coronel chileno Emilio Sotomayor asume la responsabilidad de tomar Calama con cerca de 500 soldados, divididos en una sección de artillería de montañas y una compañía de cazadores a caballo, contingente liderado por el desierto por Eleuterio Ramírez.
La diferencia numérica y el armamento entre los soldados chilenos y los bolivianos era notable, sin embargo, el contingente boliviano con gran coraje defendió su territorio y para ello, prepararon un plan de ataque, que comenzó con la destrucción de los dos puentes de acceso a Calama, que cruzaban el Río Loa, Topáter y Carvajal, impidiendo el ingreso a los soldados chilenos y se atrincheraron camino al poblado San Francisco de Chiu Chiu, para estar atentos a cada movimiento. Además, de cavar zanjas y crear barricadas.
El comandante chileno Eleuterio Ramírez, al apreciar la destrucción de los dos puentes divide las tropas en dos columnas, las que se vieron enfrentadas por el contingente boliviano al cruzar, muriendo en el lugar siete soldados chilenos y quedando muchos heridos.
Fueron cerca de tres horas de fiero combate y donde el nombre de un boliviano hasta el día de hoy se mantiene en la memoria por su coraje y el heroísmo, Eduardo Abaroa, un civil amigo de Cabrera que se sumó a la lucha por defender el territorio y a su familia, muriendo en el enfrentamiento.
Las tropas de Cabrera huyeron hacia los poblados del interior, quedando como prisioneros de guerra, unos 34 hombres. En la batalla, murieron luchando 7 soldados chilenos y 20 bolivianos.
De esta manera, al finalizar el enfrentamiento Calama se anexó a Chile, quedando Antofagasta como capital administrativa y Calama en segundo lugar.
Tras el enfrentamiento
La ocupación de Calama, representó la única batalla entre bolivianos y chilenos, antes del comienzo de la Guerra del pacífico, declarada por Chile el 5 de abril de 1879 al enterarse del pacto secreto entre Bolivia y Perú.
Para este oasis y sus habitantes, no fue nada de fácil poder recuperarse de esta batalla que tiñó de sangre el desierto, pero poco a poco, siguieron con sus vidas dedicadas a la agricultura, la crianza de ganado y sobre todo el comercio.
Con esta nueva realidad de pertenecer a Chile, un 12 de junio de 1888 se promulgó una ley que dictaba el nombramiento de los alcaldes de Calama, designación que recayó en José R. Lira (primer alcalde), Olegario Barrera y Bartolomé Oyanadel, como segundo y tercer alcalde respectivamente.
Un día después se formó la primera corporación presidida por Cesáreo Aguirre Goyonechea (industrial y minero), quien también ocupaba el cargo de delegado civil de Calama.
En ese periodo, Calama se concentraba entre las calles Balmaceda por el oriente, Granaderos al Poniente, Antofagasta por el norte y calle Cobija por el sur.
Después de algunos años de ordenamiento de la ciudad, se cumple uno de los sueños de la población, contar con un edificio que albergara a la Municipalidad de Calama, recinto que fue construido en 1934 y que hasta el día de hoy se mantiene en pie. Siendo el primer alcalde en ocupar las nuevas dependencias, Humberto Rivera Medina, quien comenzó su periodo un 9 de junio de 1935, acompañado de cinco regidores, labor que se extendió por cerca de 3 años.
Crecimiento
En los años 30, Calama tenía aproximadamente unos 11 mil habitantes, población que fue aumentando rápidamente por los diferentes descubrimientos en las zonas cercanas, específicamente Chuquicamata. Durante 1913 y 1916, los alcaldes Roberto Rojas, Eleodoro Espoz y Matías Cortés, quienes estuvieron a cargo de monitorear los primeros sondajes que se llevaron a cabo en el Mineral de Chuquicamata y la inauguración de la Chile Cooper Company, comenzando en 1917 la construcción del campamento de Chuquicamata.
Calama siguió con su senda de progresos, superando grandes adversidades, como por ejemplo, el terremoto que afectó a la zona en 1906, que destruyó la mayoría de las construcciones de adobe que existían, como también el de 1955. Movimiento telúrico que afectó a toda la ciudad y que obligó a los loínos a unir sus fuerzas para poder sobreponerse a la adversidad. Desde ese episodio, que en Calama existen sitios eriazos en diferentes puntos.
Este oasis comenzó a crecer rápidamente, siendo su mayor apogeo entre 1950 a 1954, donde ya existían más de 15 mil habitantes, en una superficie cercana a las 200 hectáreas y con el paso de los años, siguieron construyéndose diferentes poblaciones y villas para albergar a los calameños, como la población O' Higgins, 23 de Marzo, Independencia, Prat, Topáter, Ayquina, Kamac Mayu, Exótica, entre otras.
Calama, actualmente cuenta con una población de más de 146 mil habitantes y cuenta con una superficie de 15 mil 597 km2 y sigue expandiéndose, con varios proyectos en la mira.
Por el trabajo de sus habitantes, las riquezas mineras y ser conocida desde sus inicios como un punto estratégico para unir los poblados del interior con la costa, esta tierra sigue mirando hacia el futuro con grandes proyecciones de convertirse en una de las zonas industriales más importantes del país.
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