Este martes 31 de agosto se vota en la Cámara de Diputados la Ley de música chilena, que exige a las radios que el 20% de su programación diaria se base en música local. Con esto se busca fomentar la música nacional. Sin embargo, la oposición en el medio radial se ha hecho escuchar.
Uno de los principales detractores de esta nueva ley es el presidente de la Asociación de Radiodifusores de Chile, Luis Pardo, quien explica que ésta vulnera garantías constitucionales. Un ejemplo es el de la libertad de expresión, ya que se estaría imponiendo arbitrariamente un contenido, y otros derechos como la libertad de emprendimiento y el principio de igualdad, al ser impuesta sólo a este medio de comunicación. “Además, el proyecto desconoce el funcionamiento y lógica de las radioemisoras, que se orientan al público y programan su música según variables técnicas y artísticas que no se pueden reducir a un porcentaje”, argumenta Pardo.
Un autogol a estadio lleno
Gonzalo Pavón, director de Radio Zero, medio cuyos contenidos son principalmente música en inglés, considera que se deberían buscar otros mecanismos con el objetivo de difundir la música nacional y no forzar a las radios para que programen a estos artistas en sus parrillas. “Sería mucho mejor que se dispusieran más fondos y que fuese más fácil para los artistas poder grabar, darse a conocer, tocar en recitales y tener plataformas en internet que permitan divulgar su música”, explica Pavón.
El director de Radio Horizonte, Rodrigo Hurtado, apunta en la misma línea y asegura que esto conllevaría una pérdida de auditores. “Si se comete el error de imponer la música chilena, los auditores van a escuchar más radios online, más Ipods y radios internacionales. A mi modo de ver, la idea de imponer música chilena porque sí nomás, es un autogol a estadio lleno”, asegura.
Por su parte, el presidente de la SCD, Alejandro Guarello, asegura que la ley es necesaria. “Existe la necesidad de aumentar ese escaso 10% que actualmente se emite en las radios, con la idea de avanzar en la promoción y protección de nuestro patrimonio musical”, aclara.
Y es cierto: la promoción y la protección son dos elementos importante en toda esta discusión, pero como explica Sergio Cancino, periodista de Radio Uno (radio que emite sólo música chilena), éstos son únicamente un eslabón dentro de todo el proceso. “De hecho, es un engranaje final de la cadena”, comenta y agrega: “Los artistas, sobre todo los emergentes, necesitan recursos y herramientas para financiar sus grabaciones y profesionalizar su trabajo”. Es en esta parte donde hay que inyectar incentivos y Cancino da un ejemplo muy preciso: “Esta ley es el equivalente a creer que más salas para películas chilenas mejorará automáticamente la calidad y la identidad de nuestro cine”. Y sabemos que eso, obviamente, no es así.
Esas duras sanciones
Originalmente, la ley establecía que una cuarta parte del porcentaje debía destinarse a música folclórica, medida que fue rechazada por la Comisión de Cultura de la Cámara Baja, donde además se enfatizó que el porcentaje establecido debe ser distribuido a lo largo del día, y no concentrado en un único segmento horario. Con esto se evitaría que sea programada en una horario en el que las radios tienen baja audiencia.
Respecto a las sanciones para quienes no cumplan con la norma, se están evaluando dos opciones: la primera sería una multa de entre 5 y 50 UTM, que se duplicaría en caso de reincidencia. La segunda, propuesta por el diputado PPD Ramón Farías, ordena la caducidad de la concesión radial a quienes falten a esta obligación tres veces en un año calendario. El proyecto de ley se encuentra en el primer lugar de la tabla de la Cámara de Diputados para ser votado este próximo martes 31 de agosto.
FUENTE: http://www.kilometrocero.cl/
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